Muchos estudios avalan la convicción de que las jornadas laborales largas no significan una mayor productividad. Esta vez, IMF Business School ha analizado tres países europeos que apuestan por la flexibilidad laboral con resultados positivos: Francia, Alemania y Suecia, países en los que la jornada se ha reducido y, al menos en Suecia y Alemania, la productividad empresarial se ha incrementado. Claro está que estudiando a fondo la organización para que ese «milagro» sea posible. España es de los países europeos con jornadas laborales más largas, pero hay ejemplos positivos, como el de Iberdrola: tiene 9.000 empleados con jornada intensiva desde el 2008 y no solo ha mejorado la productividad, sino que ha reducido un 20% el absentismo.