El próximo lunes es 15 de julio, fecha de muchas salidas y llegadas de los que empiezan y terminan las vacaciones. Y, no casualmente, desde luego, el sindicato CCOO ha convocado una huelga de 23 horas que ha obligado a Renfe a suprimir 320 trenes de pasajeros ese día, de los cuales 107 son AVE. Las exigencias de más empleo, menos jornada laboral y consolidación salarial son perfectamente respetables y comprensibles, y más si el operador ferroviario incumple lo pactado en el convenio colectivo como denuncia el sindicato. Y también se comprende que escojan un día de mucho movimiento para hacer su protesta más efectiva. Pero, una vez más, no tienen problema en fastidiar o complicar las vacaciones de miles de españoles.