En estos días del mayo radiante cordobés, con tantos festejos tradicionales que atraen a innumerables turistas, queremos dar algunos apuntes de la Feria de Córdoba, que cuenta con 733 años de existencia y con el nombre de Ntra. Sra. de la Salud con algo más de tres siglos, por lo que podemos presumir de una de las ferias más antiguas de España. Que recordemos, solo la de Villalón (Valladolid) es anterior en unos años, puesto que le fue concedido en 1250 por Carta abierta de Fernando III El Santo, un mercado los sábados.

La feria que otorgó a Córdoba Sancho IV El Bravo en 1284, fue con motivo de ponerse la ciudad a su favor para heredar el trono de Castilla y León frente a su sobrino Alfonso de la Cerda. El rey heredó el reino y ese mismo año, por prestarle sumisión la ciudad, le concedió al Concejo cordobés una Feria de ganado a celebrar dos veces al año. Las fechas se estipularon el día de Cincuesma, o sea, el lunes de Pentecostés, y el Miércoles de Ceniza

La Feria se empezó a celebrar junto a la Mezquita-Catedral. Con el tiempo se la llevaron a la calle San Fernando o de la Feria y llegó a extenderse hasta la plaza de El Salvador, ya que a la de ganado se unió la de comestibles y otras. Cuando se construyó la plaza de la Corredera, fecha que fue anterior a 1367 por un documento de Pedro I el Cruel. En ella es de suponer que se correrían toros.

Como cada año se mudaba de fechas, al ser las fiestas religiosas movibles, se decidió en 1422 celebrar la del lunes de Pentecostés el 1 de mayo y la otra dejarla como estaba, que fue aceptado por los Reyes Católicos en 1492.

Esta feria se fue perdiendo y surgió otra al final de la calle San Fernando que llevó el apelativo de Rastro. Cruz del Rastro no se llamó hasta que no surgió el conflicto con los judíos y la Cofradía y Hermandad del Hospital de la Caridad. Como recuerdo y desagravio a tantos judíos que murieron en tan tristes acontecimientos. En 1473 se colocó una Cruz y eso hace que se llame Cruz del Rastro.

En el mercado se siguieron vendiendo comestibles, realizando transacciones de ganado y se vendían aparejos de labranza y arneses. En 1526 cuando pasó por Córdoba Carlos I rey de España y 5º emperador de Alemania para casarse con Isabel de Portugal en Sevilla, confirmó el mercado en ese lugar. En 1556 Felipe II confirma el privilegio otorgado a la ciudad por Sancho IV y en 1568 el Corregidor Francisco Zapata mandó trasladar este Rastro al Campo de la Verdad, junto a la Calahorra.

Un acontecimiento muy importante surgió el 25 de mayo de 1665. Estando arando la tierra, junto a la Puerta de Sevilla, dos agricultores llamados Simón del Toro y Bartolomé de la Peña se encontraron en un pozo una imagen muy pequeñita de la Virgen. El pueblo vio en sus aguas poderes milagrosos e iban a beberla para sanar sus males. Este peregrinar hizo que se construyera una ermita --la actual es de 1805-- con la advocación de Nuestra Señora de la Salud, abierta al culto en el día de Pentecostés de 1673. Alrededor de la ermita los comerciantes y tratantes de ganado vieron que iban a beber agua y a visitar a la Virgen el día de la Pascua de Pentecostés y se empezó a celebrar una velada que año a año se iba convirtiendo en un verdadero negocio, lo que hizo que el Ayuntamiento la hiciera suya. Viendo el auge que iba tomando, decidieron las autoridades en 1801, que pasara esta Feria a las afueras de las murallas, frente a la Puerta de Gallegos, aunque en verdad hasta 1820 no alcanzó este lugar su instalación definitiva, y de esta forma la aproximaban a la plaza de toros del Campo de la Merced que fue construida en 1759. En este coso tomó la alternativa un 22 de mayo de 1822 el primer torero cordobés de renombre, llamado Francisco González Díaz Panchón.

En el Paseo de la Victoria alcanzó la feria sus más altas cotas de popularidad, sobre todo al llegar el ferrocarril a Córdoba el 27 de abril de 1859, y pocos años después empezaron los trenes especiales, denominados trenes botijos. Los trenes de mercancía facilitaron a los tratantes traer sus ganados, los feriantes sus atracciones y los comerciantes los productos de la tierra. Como cada vez era mayor la llegada de visitantes, el Ayuntamiento, compró los terrenos del Convento de la Victoria que se demolió por encontrarse en ruinas, y los añadió a la Feria, que tomó mayor extensión.

El Coso de los Tejares se inauguró el 31 de mayo de 1846 con una corrida de toros y se cerró el 18 de abril de 1965 con una novillada. Y el de los Califas se inauguró el 9 de mayo de 1965 con una corrida de toros a beneficio de la Asociación Contra el Cáncer.

El desarrollo urbanístico de la ciudad, las nuevas casetas que se instalaban y las monstruosas instalaciones de feria, hicieron que el Ayuntamiento decidiera ubicarla en El Arenal inaugurándose el 22 de mayo de 1994 por el alcalde don Herminio Trigo.

La iluminación con electricidad y las primeras casetas particulares se instalaron en 1924 y con la acometida eléctrica se colocaron miles de «lámparas con pantallas de papel de colores» a semejanza de «guirnaldas de flores luminosas» según las crónicas. Unas veces en La Corredera, otras en un ensanche de la calle la Feria, en las plazas de la Magdalena y de la Merced y por fin en los Tejares y en los Califas, se han ido celebrándose festejos taurinos con buenos carteles, pero entre todos ellos el más pintoresco era el que hacía el Club Guerrita, fundado el 18 de julio de 1896 por un grupo de admiradores de Guerrita que se reunían en la taberna de San Miguel (El Pisto). En los festejos del Club Guerrita toreaban noveles y lo hacían con erales. En los tendidos solo podían entrar mujeres. Los hombres tenían que colocarse en el callejón y en un momento del festejo soltaban un eral por la barrera mientras el otro se lidiaba en el ruedo. ¡El espectáculo estaba servido! El Club Guerrita cerró a la muerte del Califa del Toreo Rafael Guerra Guerrita el 21 de febrero de 1941. Se suspendió el festejo y a los pocos años el Ayuntamiento hizo suya la tradición con el nombre de Becerrada Homenaje a la Mujer Cordobesa.

* Ingeniero técnico Industrial y académico correspondiente