Hace un año, por estas fechas, estaba ingresada, muy enferma, en Oncología (quinta planta, ala izquierda del Hospital Provincial). Hoy, recuperándome, quiero agradecer, en primer lugar, a familiares, amigas, vecinas y conocidas por sus oraciones, para que los médicos acertaran con el tratamiento, y mi organismo lo asumiera bien. Gracias a Dios, a oncólogos, enfermeras, auxiliares, tanto femeninos como masculinos, por su entrega al enfermo, por su paciencia y constancia en atendernos. Me dieron de alta por mejoría, para asistir desde casa a quimioterapia. En mis primeras sesiones, fui con pánico, ya que estaba informada de los efectos secundarios del tratamiento, pero llena de esperanza. Imposible describir el trato amable, agradable y eficiente de todas las enfermeras. Al mismo tiempo, transmiten un discreto optimismo, que hace que el paciente se sienta relajado y bien, a pesar del estrés con el que trabajan, por el gran número de enfermos que entran y salen. Gracias a todas por su profesionalidad y entrega. Gracias a oncólogos, enfermeras y auxiliares que me atienden en consulta, por su amabilidad, comprensión y cercanía. Felicito al director del Hospital Universitario Reina Sofía, que espero sepa valorar a su personal. No le puedo pedir aumento de sueldo, porque no me harían caso. Además, que eso lo pide todo el mundo, menos quienes se lo suben ellos mismo.

Mientras escribo estas líneas, no dejo de pensar, en los tres años que estuve sufriendo esta patología, consultando a varios médicos de distinta especialidad, y después de haber hecho a un curso sobre la voz. Creo que si uno de ellos me hubieran mandado esa prueba (no digo el nombre para no dármelas de entendida) en la que se detectan todos los males, no habría tenido que pasar este calvario ni acudir tres veces a Urgencias. La primera vez el 25 de mayo del 2017 después de pasar más de tres años con el mismo problema. La segunda creo que fue en junio (estaba peor pero también me dieron el alta) y la tercera ya muy mal, con vómitos de sangre (no recuerdo si ingresé ese día u otro). Ciertamente que la señora doctora que me hizo una revisión de rutina prescrita anualmente por uno de los especialistas que me trataban, encontró algo muy sospechoso (esta palabra puso en el informe). Gracias a ambos, pero esto fue la tercera vez que acudí a Urgencias. Si toda enfermedad se cura mejor al principio, hoy podría estar curada. No sé si me curare del todo, pero estoy viva (aunque con limitaciones). Al mismo tiempo, le habría costado mucho menos a la Seguridad Social. Ignoro si alguien acude a Urgencias por deporte; no fue mi caso ni creo que será. ojala no le ocurra esto nadie más.