El comienzo del verano ha sido trágico en Córdoba, con el fallecimiento de un joven de 17 años, natural de Castro del Río, como consecuencia de un golpe de calor. El doloroso suceso se produjo el jueves, cuando todavía las temperaturas se mantenían en parámetros razonables, pues hasta ayer no se decretó el aviso naranja. Esta notificación se mantendrá probablemente unos días, al esperarse temperaturas superiores a 42 grados. Mientras Córdoba veía llegar gradualmente el calor a lo largo de la semana, otras zonas de España, algunas al norte de la península, experimentaban temperaturas inusuales, con alertas en Bilbao --donde el Ayuntamiento tuvo que habilitar fuentes para suministro de agua potable en las calles-- y otras ciudades y con una persona mayor fallecida también por un golpe de calor en plena calle en Valladolid. Y es que la ola de calor, que intensifica las ya de por sí altas temperaturas de estas fechas -con la entrada de aire africano que también está asfixiando a ciudades centroeuropeas- multiplica los habituales riesgos del verano, tanto para la salud de la población como por la posibilidad de que se produzcan incendios.

Desde el punto de vista de la salud, solo cabe repetir que de nuestra prevención y sensatez depende que el calor no haga daño. Hidratación, descanso en los momentos de mayor intensidad de temperatura y otros consejos difundidos por las autoridades sanitarias son harto conocidos. Especialmente delicada es la vigilancia a niños y personas mayores (a las instituciones les corresponde controlar a las que viven solas) y el control estricto en los escenarios laborales -el joven de Castro estaba segando cuando se sintió mal-, que se desarrollan al aire libre, como los agrícolas o la construcción.

Y, en cuanto a los incendios, en el que ya ha quemado 6.000 hectáreas en Tarragona, y que ayer no se extendió pero que tardará en ser reducido, se descubre que era una zona de bosque descuidada, por lo que los trabajos previos de preparación, como los que hace el Infoca en Andalucía durante el invierno, son claves para prevenir y, en su caso, reducir la devastación que provoca el fuego. Y estos servicios deben estar dotados de personal suficiente. Ayer se repitieron varios pequeños incendios de pastos en Córdoba, y en otros puntos de España (como Ávila y Toledo) hubo siniestros de mayor importancia, lo que anuncia un verano verdaderamente peligroso. La falta de lluvias durante el año, combinada con temperaturas superiores a 40 grados, es un factor de alerta que exige preocupación de las autoridades y cooperación de los ciudadanos.