Lo ocurrido en Córdoba y otras ciudades, con la eliminación de las candidaturas de Ganemos para poder presentarse a las elecciones municipales, no es solo una injusticia, un atropello a la democracia, una imperfección del sistema, es, además, la constatación de que a la política han acudido personas, ideologías, y grupos económicos, con el único fin de aprovecharse de las reglas de juego poco claras, permisivas, con huecos, y así distorsionar y desvirtuar el noble arte de la dedicación política como servicio a la sociedad, al bien común. Y grave es que jueces e instituciones judiciales no sepan distinguir el grano de la paja, perjudicando gravemente la democracia, cuando existían antecedentes (jurisprudencia) de anteriores comicios electorales. Tampoco debemos pasar por alto la confianza y posible pasividad ante estos hechos, ya ocurridos con anterioridad, y que deberían habernos alertado ante tanto desaprensivo que anda suelto.

En muchas ocasiones achacamos a los partidos el que siempre están pensando en sus intereses, sus luchas internas, no ocupándose de lo que a la ciudadanía le afecta, dándose la paradoja que en este caso ocurre lo contrario, pues enfrascados en el trabajo municipal, en la posibilidad de confluir con otras fuerzas políticas, colectivos, en la elaboración de un programa participativo que beneficie a una mayoría social, la más vulnerable, quizás se haya pecado de confianza excesiva o ingenuidad organizativa, lo que aprovechó el monstruo que dormía, y en su despertar y hambre voraz, nos devoró, y acabó con ello con la esperanza de miles de personas que seguramente iban a optar por esta candidatura.

Ahora solo cabe esperar que se desenmascare a estas falsas candidaturas, y que no reciban apoyo alguno, confundiendo , y que las fuerzas políticas de una vez se pongan de acuerdo para cambiar la ley electoral por injusta y obsoleta, y que la gente sepa elegir a los representantes cordobeses que mejor defiendan lo que el pueblo de Córdoba necesita, fundamentalmente luchar contra la precariedad y la desigualdad, que nos haga salir de los últimos puestos a nivel nacional, así como abordar el problema del cambio climático, y blindar los servicios públicos.

Que este varapalo nos sirva para alertarnos y ponernos en pie de lucha, y que nadie haga la política que nos corresponde hacer a la ciudadanía.

* Librero en paro