La Misericordia de Dios se colma y se hace presente a favor de nuestro obispo de Bangassou, monseñor Juan José Aguirre, quien gracias a ella, es nuevamente librado de la muerte.

Las balas dirigidas a él procedentes de los milicianos guerrilleros fueron milagrosamente desviadas. Dios nuestro Padre, hecho presente en Cristo dentro del alma de este misionero comboniano, lo salva nuevamente. No ya de las varias intervenciones quirúrgicas a vida o muerte a las que se ha sometido y que los doctores de nuestro hospital de la Cruz Roja, pueden testificar de clara ayuda de «arriba», que le permitió resistir su dañado corazón, hasta llegar al quirófano..., ahora nuevamente y ante todos, Dios lo protege de nuevo de una muerte cantada, cayendo bajo la ametralla todos los que estaban junto a él, musulmanes a los que estaba rescatando. Este obispo de los pobres, como se le reconoce en la República Centro Africana, es muy querido por nosotros, católicos cordobeses. Y cuando vuelve, por corto tiempo a recuperarse, junto a su madre, hermanos y amigos, al besar su mano y conversar con él, uno siente tal ternura, tranquilidad y mansedumbre en sus palabras que acompaña con una cariñosa sonrisa, que no duda de estar ante un verdadero santo, un elegido de Dios. Ahora toda nuestra ciudad se encuentra en vigilia de oración, a la cual me uno; a fin de que Dios lo siga protegiendo, hasta culminar la obra que le encomendó a este sencillo y humilde pastor que ofrece su vida para salvar a musulmanes y cristianos. Pues todos son criaturas de Dios. Gran ejemplo y respuesta del Amor de Dios, ante lo acontecido en estos días en Mánchester. Rogamos por ti, monseñor Juanjo, como quieres ser llamado por los que te conocemos y admiramos.

<b>Manuel Armenteros Martos</b>

Tres Cantos (Madrid)