Los nuevos sacerdotes

Hoy, la catedral de Córdoba, la Iglesia Madre de la diócesis, será el escenario de dos nuevas ordenaciones sacerdotales: José Miguel Bracero Carretero (Palma del Rio) y Francisco Antonio López López (Lucena), recibirán el sacramento del Orden, administrado por el obispo, Demetrio Fernández. «Y vosotros, queridos hijos --les dirá el prelado-- que vais a ser ordenados presbíteros, debéis realizar en la parte que os corresponde, la función de enseñar en nombre de Cristo, el Maestro. Trasmitid a todos las Palabras de Dios, que habéis recibido en la alegría. Y al meditar en la ley del Señor, procurad creer lo que leéis; enseñar lo que creéis; y practicar lo que enseñáis. Que vuestra enseñanza sea alimento para el pueblo de Dios; que vuestra vida sea un estimulo para los discipulos de Cristo, a fin de que con vuestra palabra y vuestro ejemplo se vaya edificando la casa, que es la Iglesia de Dios». Las ordenaciones sacerdotales se celebran siempre transidas de emoción y de unción, en un rito rebosante de simbolos y mensajes urgentes. El rector del Seminario de Córdoba, Antonio Prieto, nos comenta en breves palabras el prncipal destello de la silueta de un sacerdote: «Sin duda, el sacerdote se prepara para ser puente entre Dios y los hombres, purificando su carácter y creciendo en las virtudes humanas indispensables para ser un buen pastor: la constancia, la sinceridad, la generosidad, la fortaleza, la prudencia, la justicia, la magnanimidad, la audacia, la paciencia y otras muchas más. Si careciera del grado minimo de estas virtudes, en vez de ‘puente’, podría convertirse en ‘obstáculo’ para que los hombres pudieran reconocer a Cristo en su persona y ministerio; ya no desvelaría el rostro de Dios, sino que lo ocultaría en la pantalla de su egoísmo». El rector subraya la dimensión más importante en la formación de los nuevos curas: «Que tengan un corazón como el de Dios, conseguir que el corazón de los seminaristas tenga los mismos sentimientos de Cristo Jesús, conforme a la expresión de san Pablo». ¡Enhorabuena cordial a los queridos compañeros y hermanos, que hoy son ordenados sacerdotes en Córdoba!