Han entrado en vigor los nuevos limites de velocidad para carreteras secundarias o convencionales Con estos nuevos limites se pretende (que ya es mucho pretender), que se reduzca la alta siniestralidad en las carreteras. Todos los conductores sabemos que hay mucho descerebrado al volante, quizá demasiados. Gente que se pone al volante y se creen los dueños del mundo, ya no quiero decir si el vehículo que conducen es de alta gama. Lo que alegan las autoridades en cuestión de tráfico, para justificarse del alto número de accidentes que por desgracia hay en carretera, es que la primera causa es la velocidad, seguida del uso del móvil, distracciones, muy pocas por fallo mecánico del vehículo, y un largo elenco de justificaciones, de todas menos del estado en que se encuentran la mayoría de las carreteras, tanto principales como secundarías. un claro ejemplo lo tenemos en la A-4.

Esta artería principal ha estado un buen número de meses entre el trayecto de la Carlota a Villa del Río, con el pavimento en un estado lamentable, con unos baches que si te descuidabas, te dejabas hasta los asientos del vehículo en ellos. Y la solución que le dieron los lumbreras de la Dirección General de Tráfico, fue la de reducir la velocidad de 120 a 100, con lo cual prácticamente ibas pisando huevos (amén de que nadie respetaba dicho límite). Las carreteras en España, a no ser que sean autopistas de pago, son propias de una república bananera.

Pero claro como siempre ocurre en este país de pandereta, es más fácil siempre echarle la culpa a los conductores (que vuelvo a repetir que hay muchos a los cuales habría que retirarles el carnet de por vida), que admitir que ellos también tienen una buena parte de culpa de los accidentes en carretera. Así que yo les diría a los responsable de mantener el buen estado del firme de las carreteras, así como de que estas estén bien señalizadas y la eliminación de puntos negros, que se preocuparan mucho más de estas cuestiones que en reducir el limite de velocidad, medida esta que no va servir absolutamente para nada.