Mucho se está hablando de Vox, que supongo adopta el nombre del vocablo voz en latín, desde que se supo el resultado de las elecciones de Andalucía, o, más que mucho, casi de lo que más se habla en el panorama político español. Independientemente de irracionalidades varias vinculadas con atribuir una ideología de extrema derecha a algo que no es más que una derecha muy conservadora, y que como mucho puede parecer en algunos aspectos un poco rancia, creo que es interesante intentar entrever el papel que pueden jugar en la mejora, o no, de la economía andaluza que intente llevar a cabo el Gobierno de Juan Manuel Moreno y Juan Marín.

Las pocas referencias que se tienen de Vox sobre su pensamiento en materia de gestión económica vienen de los puntos firmados en el acuerdo con el PP en Andalucía y de su programa electoral. Entre los primeros hay nueve puntos netamente económicos que abogan por una planificación presupuestaria y gestión pública y control eficiente, reducción de impuestos (sucesiones, el tramo autonómico del IRPF y patrimonio), eliminar organismos superfluos y administración paralela, así como subvenciones, apoyar a autónomos, emprendedores y pymes (reduciendo la cuota de autónomos y burocracia), y realizar planes de empleo en colaboración público-privada. No obstante, hay que distinguir entre medidas concretas e intenciones. Así, medidas veo la reducción de impuestos y de la cuota de autónomos, algo positivo para la comunidad autónoma no independentista con la presión fiscal más elevada de España. No se dice cuánto ni cuándo, pero son cuestiones materializables. Sin embargo, el resto no dejan de ser generalidades como las de otros partidos (PP y Ciudadanos incluidos) que averigua cómo las van a definir; es decir, por mayor control se pueden referir a más burocracia o por eliminar subvenciones, cuando añades la coletilla «a personas físicas o jurídicas que no cumpla evidentes fines de utilidad pública y social», pueden hacer como el PSOE y dárselas a los suyos. Por cierto, ya se apoya y promueven nuestras expresiones culturales y populares, así que vamos a crear más industria, solo por cambiar.

De hecho, este último punto sobre reindustrialización lo llevan en su programa nacional, donde también aparece una reducción del IRPF con un tipo fijo hasta 60.000 euros anuales y 30% por encima. En esto no puedo estar de acuerdo, el IRPF es el único impuesto progresivo que tenemos en el sistema tributario español y hay que hacerlo más progresivo sin llegar a ser confiscatorio para rentas altas. Si quieren un tipo máximo del 30%, bien, pero que se haga progresivo. Sobre reducir sociedades al 20%, puede fomentar la presencia de grandes empresas en nuestro país, aunque también habría que analizar la forma de cálculo del beneficio, y desde luego minimizar trámites burocráticos puede cambiar la forma de plantearnos y afrontar el emprendimiento. Eso sí, que la banca no penalice a las pymes por pensar que tienen mayor riesgo, no creo que se pueda llevar a cabo. Igualmente, resulta lógico reducir IVA a fármacos, pero qué pasa con la luz, el agua o los alimentos de primera necesidad. En el tema del empleo, ya he comentado en esta columna, que crear deducciones a la Seguridad Social para determinados grupos solo traslada el desempleo a grupos distintos, ya que, en nuestro país, y especialmente en Andalucía, hay un problema serio de cantidad de puestos de trabajo existentes y sus características dado nuestro tejido productivo. Y en cualquier caso no se puede apoyar a trabajadores con nacionalidad española porque, entre otras cosas, estaríamos vulnerando un poquito eso de que todos los ciudadanos pertenecientes a la UE podamos trabajar en cualquier país UE con los mismos derechos. Todo esto ha de venir acompañado de una sustancial reducción del gasto público, o el Estado quebraría, y mucho tienen que mejorar la eficiencia de la administración pública y mucho reducir duplicidades para que se compensara. Del mismo modo, reducir las comunidades autónomas no lo veo la solución, son un buen instrumento si se gestiona bien; el problema es que en España se han convertido en reinos de Taifas. Y que no se nos olvide, y que no se les olvide a PP y Ciudadanos, que van a necesitar los votos de Vox para aprobar los presupuestos todos los años que gobiernen, así que pintan más de lo que se quiere hacer creer.

* Profesora de Economía de la Universidad Loyola Andalucía