A menudo recorro las calles y plazas de nuestra ciudad, del casco histórico, admirando tantísimos bellos rincones, con la digna Torre de la Mezquita asomándose por cualquier resquicio. En muchas ocasiones pienso que se le podría sacar más partido, que tendríamos que ser más cuidadosos a la hora de embellecerla y por supuesto las personas responsables a nivel institucional de protegerla y potenciarla.

Ayer, caminando por la calle Romero, esquina Deanes, me sorprendió, me hizo detenerme, me dolió la vista lo que aparece en la foto. No entiendo pintadas que rompan la belleza a calles que son de postal. Increíble que eso se permita en el corazón de la Judería, en una zona que es espejo de nuestra ciudad.

¿Quién vigila que estas cosas no sucedan?

La suerte es que Córdoba es espectacular. Ella, es bella por sí sola, a pesar de algunos políticos, de algunos cordobeses... Cuidémosla.