Habiendo admirado la exposición de la Diputación sobre la fábrica que tuvimos en Córdoba, la Electromecánicas, que dio a la ciudad tanto, pienso que al día de hoy hace falta un resurgir de iniciativas similar a la que germinó hace 100 años como se recuerda. Deseo felicitar a quienes han hecho posible recordar que Córdoba tenía esa vida, que «cuando se paró la Letro, se paró el corazón de la ciudad». Con dicha exposición he recordado con cierta nostalgia cuando iba con mis padres al economato, dado que mi padre, Matías Delgado Requena, trabajó en Electromecánicas. Estaba en Laminación 1. Como tantos otros trabajadores en aquellos tiempos, se desplazaba en su bicicleta para trabajar en la fábrica de la Secem. Ahora he vuelto a recordar esa gran fábrica que tanta vida dio a Córdoba. Creo que es bueno volver a la vista atrás y evocar la Electromecánicas con recuerdos, entre los cuales aún conservo la toalla de mi padre utilizada en su trabajo, igual a la que hace unos días pude admirar en dicha exposición, como si el tiempo en un instante hubiese deseado recordarme que la toalla que conservo de mi padre, con cariño de Secem, desease aclararme que ha pasado a formar parte de la historia de Córdoba, cuando tenía la vida que dicha exposición recuerda.