El idioma español, y más en Andalucía, es tan rico y flexible que, por ejemplo, es capaz de convertir en Córdoba «El Alcázar Viejo» en «La Casa del Viejo» sin perderle un mínimo de respeto y cariño al barrio que se nombra y haciendo que todos nos entendamos perfectamente. ¡Qué grandeza la del andaluz!

Y no solamente con nuestro propio idioma, con el inglés nos pasa igual. Los andaluces, hombres de luz que a los hombres almas de hombres les dimos, tampoco nos cortamos al rebautizar con nombres más sensatos a personas y lugares. Me viene a la memoria el «World Trade Center», en Sevilla, conocido popularmente como la «Cuesta Vicente».

Por eso, me llaman la atención los que hablando en español saben decir tan bien el apellido del presidente de EEUU, Donald Trump, al que en España nos referimos, sin connotación alguna, como a Tran. ¿Cómo logran pronunciar Trooom-np?

No presumo vocalización en inglés aunque me manejo en ello, pero tendría que hacer varios segundos de parada en la conversación para mentalizarme antes de vocalizar tan exquisito Trooom-np, poniendo primero conscientemente los labios en boca de pez, preparando la garganta para darle un cierto tono gutural, bajar la entonación hasta que la voz suene más grave (que no sé por qué se hace esto con el apellido del presidente actual de EEUU que antes no ocurría con Nixon, Washington, Obama o Ford) y preparándome mentalmente para endiñar a renglón seguido una «eme» a medio camino de «ene» en consonancia con el acento nasal norteamericano y, encima, terminando con una «pe», como si fuera una verónica en un lance taurino de media décima de segundo, que es lo que se tarda en pronunciar el apellido.

Pues bien: tan perfecta forma de nombrar al mandamás norteamericano (que envidio, en serio) se la he oído en los últimos día en televisión a un modesto migrante de Costa Rica que se dirige como víctima propiciatoria hacia la frontera de EEUU y al propio Nicolás Maduro gritando un discurso. Y no digo que haya que hacer las cosas mal a propósito cuando se pronuncia (pongamos boca de pez) Trooom-np, pero me malicio que detrás de tan perfecto acento norteamericano hay mucho del secular servilismo a la cultura anglosajona en la mayor parte del mundo hispanohablante. Porque puedes hablar el español como quieras, pero... ¡Ay amigo cuando toca meter una palabra en inglés! Disponte a gorjear de lo lindo para que te salga perfectamente y no parezcas un inculto. Lo diré más claro dándole la vuelta: ¿Ustedes se imaginan al presidente Trooom-np haciendo el mínimo esfuerzo para pronunciar bien el apellido del (más o menos) actual presidente de Venezuela? ¿Cómo se escucharía? ¿Matdauro, Meidourgo, Metdouo...? Más aún, ¿Sabe Trooom-np quién es Maduro? ¿Conoce dónde está Venezuela? ¿Le importa un carajo?

Quizá sea esa servil actitud de casi todo hispanohablante una primera batalla cultural, psicológica y política que lleva ganada de partida el mundo anglosajón en todos los frentes. Maduro entre ellos por mucho que chille. Igual que Guaidó, también perfecto vocalizador de Trooom-np.

Las ideas políticas no tienen que ver en esto. Aún le recuerdo al entonces presidente Aznar una conferencia con acento tejano y poco después, en la cumbre de Las Azores, referirse a él el presidente de EEUU como su «gran amigo Ansar» . Creo que era Yor Bus.