«No soy gran cosa...»

Los poetas tienen siempre la palabra justa, el mensaje radiante, el sentimiento apropiado. Por eso, es bueno leerlos y reflexionar sobre lo que nos dicen o proponen. En este fin de semana, cargado como siempre de encuentros y convenciones, y sobre todo, de encrucijadas, me vienen como anillo al dedo unas palabras intensas y profundas de Jorge Luis Borges, en las que desvela su papel y su tarea, subrayando con fuerza el lado de la debilidad, de lo poco que somos y podemos ante tantos problemas de la vida. «No puedo darte soluciones a todos los problemas de la vida. No tengo respuestas para tus dudas o temores. Pero puedo escucharte y compartirlas contigo. No puedo cambiar ni tu pasado ni tu futuro, pero cuando pueda estaré a tu lado. No puedo poner fin a tu sufrimiento, pero puedo llorar contigo. No soy gran cosa, pero soy todo lo que puedo ser». Qué palabras tan bellas las de Borges, subrayando por una parte su impotencia para soluciones urgentes y eficaces, y por otra, el inmenso valor del «acompañamiento fiel» con los que sufren. De eso, se trata precisamente, de ser conscientes de que «no somos gran cosa», pero al hilo de los acontecimientos, de la actualidad que nos ciñe y nos oprime, de las circunstancias más adversas, todos podemos depositar en los demás unas palabras o colocar en nuestras lineas una semilla de verdad, un temblor de espera, un resplandor de sabiduría para dar un poco de color y de calor a cada jornada, haciendo ese esfuerzo que el gran Horacio expresaba en un dístico fulgurante de sus Epístolas: «Piensa que cada día es el último para ti./ Grata sobrevendrá la hora no esperada». Sí, no sabremos dar soluciones o respuestas decisivas, no podremos influir en la existencia de quien nos lea, no lograremos enjugar lágrimas y hacer que afloren sonrisas. Solo podré ser, durante los pocos minutos de la lectura de estas líneas, un compañero de viaje que comparte las mismas preguntas; que participa en las mismas experiencias de dolor y de alegría. «No soy gran cosa», decía Borges, pero trataré de «ser contigo todo lo que puedo ser».