Ese capricho infantil de proclamar territorio independiente esa casita de la piscina que es Cataluña, de nuestro gran chalet que es España, cansa muchísimo. Traten de hacer memoria, ¿cuándo no ha estado este problema presente en la política española? Desde que tengo uso de razón, no recuerdo un solo año donde la cuestión catalana no estuviera en la discusión política, y ya estoy más cerca de los cuarenta que de los treinta.

A día de hoy estamos bien encallados con este asunto, principalmente por el egoísmo con el que se caracteriza un movimiento nacionalista como este. Su campaña les ha llevado a una situación de la que necesitan salir, pero a la que no pueden renunciar. Una situación patética como la de Theresa May con el brexit. En Cataluña se vive una pataleta propia de un niño con falta de madurez y es que mientras, en el resto de regiones de España hay necesidades más acuciantes donde gastar energías políticas, desde Cataluña se fuerza que se tenga como prioridad de la agenda esta disputa territorial. Y es que ellos necesitan todo el protagonismo, y todos los recursos, porque si a ellos no les va un 200% mejor que al resto de conciudadanos de este país, consideran que están teniendo un trato desfavorable.

Son demasiados años de tratos de favor, gracias a la necesidad de los distintos gobiernos de pactar con el partido de Pujol, que no entienden que su buena suerte política no era más que eso, suerte. Desde que se acabó este tipo de relación de dependencia de los gobiernos de España con el nacionalismo catalán la rabieta es enorme, creen que se les ha quitado algo que por derecho les corresponde, el trozo más grande.

Vistanlo como quieran, pero han cruzado la línea de lo razonable. ¿Dispuestos a matar y morir por Cataluña? ¿Hemos retrocedido dos siglos y hemos perdido los valores de la paz y la igualdad?

Vuestros compatriotas están tan enfadados con ustedes que ya una parte importante del resto de españoles no quiere arreglar su problema, por lo menos no sosegadamente, solo quieren hacerles pagar todos estos años de privilegios que habéis tenido y que ellos han aguantado por la gobernabilidad.

Ya les importa bien poco arreglar esto, solo hay resentimientos exacerbados por políticos sin escrúpulos, como vuestros nacionalistas, y que se quieren desbocar porque hay ganas, y sobran motivos.

El ejecutivo de Sánchez es el más dialogante y razonable para esta cuestión de estado, pues el resto ya saben por dónde van sus estrategias y es que lo vistan como lo vistan los convocantes, la manifestación del próximo domingo dejará claro la deriva al absurdo de muchos políticos de España. Ninguna solución, una crítica ruidosa y vacía, carente de respuestas adecuadas, solo a golpes o ¿es que alguien cree que las derechas de este país han hecho algo en los últimos veinte años para sacar a los catalanes de su atolladero, y por ende al resto de España? Yo les pediría que pongan algo sobre la mesa que parezca medianamente moderado, y tal vez podamos empezar a verlos como solución y no como parte del problema.

* Técnico informático y militante socialista