Recientemente más de un centenar de miembros de la Policía Nacional y políticos, incluido el alcalde de Córdoba, José María Bellido, se concentraban para apoyar el trabajo de la Policía Nacional en Cataluña y decirles a sus compañeros que "No estáis solos". Seguramente hubo muchas personas que no pudieron estar en dicha manifestación de apoyo por motivos de causa mayor, pero lo que sí está claro es que muchas lo estuvieron de corazón convencidas de que ese apoyo a la Policía Nacional no se circunscribe sólo a un cuerpo policial concreto o a esos policías entregados a una misión que incluso pone en solfa los propios límites humanos y materiales de la propia policía en Cataluña durante estos recientes disturbios. Lo que representa verdaderamente esa especie de Termópilas en las que se han puesto los derechos ciudadanos y democráticos por un grupo de fanáticos violentos, es nuestra propia cultura democrática. Nuestra propia conciencia de país y la concepción de una convivencia basada en valores constitucionales y democráticos. Está claro que todos los ciudadanos hemos visto y algunos vivido en estos días que entre la barbarie, la sinrazón y el odio; y la ciudadanía que respeta la Constitución, estaban los Cuerpos de Seguridad del Estado, entre ellos la Policía Nacional. El "No estáis solos" en un lema sabio como muchas de las sentencia que proclama el pueblo, las gentes. La sensación que muchos tenemos es que ciertamente los que nos defienden de la barbarie están en una medida impropia e inaceptable abandonados de la política no solo en cuanto a recursos propios, sino en cuanto a medidas políticas previas que eviten situaciones de salvajismo extremo que es lo que hemos percibido las mayoría de los españoles estos días en los telediarios. Está claro que el lema podría ser perfectamente el contrario: “No estamos solos”, los ciudadanos se entiende, pues sin el esfuerzo policial y esos policías abnegados y valientes, contando con el marasmo políticos en Cataluña los abandonados seriamos nosotros.

* Mediador y coach