Es habitual que en torno al Día de Difuntos se represente uno de los más conocidos dramas religioso-fantástico, Don Juan Tenorio, de Zorrilla. Este año se conmemora el bicentenario de su nacimiento, con este motivo se ha celebrado en su Valladolid natal un magnífico congreso cultural, organizado por Rocío Redondo, que lo ha hecho con sabiduría y energía, en colaboración con poetas en red. Fue muy enriquecedora la visita a la casa del homenajeado, nos imbuimos de su espíritu, nos entregamos emocionalmente y experimentamos la sensación de tensión pasional no resuelta de Don Juan y Doña Inés. Estudiamos con detalle cada rincón de su casa. En el patio-jardín de la entrada disfrutamos de un espectáculo variado. Allí pudimos observar cómo nacía la luna herida por el colorido atardecer, abriendo la puerta del alma y capturando la vida. Percibimos la presencia de la desdoblada sombra de Zorrilla que desataba sus latidos arrastrados a través del tiempo inmortal y sin respuestas. Tuvimos un recital en el Teatro Calderón, participaron entre otros: María Sanguesa, Raúl Morales, Asterio Sorribes, Marcelo Saffores, Edgar Masa, y se presentó la antología del encuentro. Estando en Valladolid hubiera sido imperdonable no recordar a Don Miguel Delibes, lo hicimos de manos de El Hereje, recorrimos la ruta y conocimos muchos de los secretos que esconde la ciudad castellana. Nos desplazamos a Urueña, La Villa del Libro, un núcleo urbano de unos 130 habitantes, en el que sobreviven más de media docena de librerías y varios museos. Nos recreamos en una deliciosa visita al Centro Elea, ensimismados por las explicaciones de su director, don Pedro Mencía. Sería injusto no agradecer a todas las instituciones que nos apoyaron: Diputación y Ayuntamiento de Valladolid. Fundación Jorge Guillén, en la persona de don Antonio Piedra, gran conversador. El Diario El Norte De Castilla, en la persona de su director y gran poeta, don Carlos Aganzo, de este periódico fue director Delibes. Y a la Asociación Cultural Habla. En Valladolid abrimos nuestras alas, abandonamos nuestros cuerpos y decimos: «Un recuerdo en cada piedra que toda una historia vale, cada colina un secreto de príncipes o galanes»...

<b>Pilar Redondo. Escritora</b>

Córdoba