Voy a sacar a pasear al niño que llevo dentro. Hay gente que lleva tan mal el confinamiento que ya ha sacado a su yo interior. Los pequeños están autorizados a llevar juguetes, aunque cualquier padre sabe que los juguetes de los niños acaban llevándolos los padres. Se permiten patinetes, lo cual incluye en esta pequeña libertad de los pequeños un matiz de velocidad. Podrán experimentar el goce del viento en la cara y el espejismo de creer que van a algún sitio. Las aplicaciones para medir distancias van a echar humo. Estás con tu chiquillo a ochocientos treinta metros de casa y el chavea pega un acelerón y quién sabe si se aleja y llega al kilómetro de lejanía del hogar. Que es territorio vedado. Un territorio, el kilómetro más allá, desconocido, como lo que les parecía a los medievales el otro lado del océano, el fin del mundo.

La libertad es ahora el voy a bajar. Voy a bajar a por el pan, voy a bajar la basura y voy a bajar al niño, que tal vez se ha acostumbrado al dolce far niente y no se baja del sofá. De tanto bajar, se nos está haciendo todo muy cuesta arriba. El paseo con infante durará una hora, no da tiempo a conquistar Zamora pero sí a estirar las piernas y estirar al niño. Se habla poco del que se queda en casa. Baja el padre con la niña o niño y la madre queda en casa confinada, pero ancha, libre, dueña del mando a distancia y con el silencio, al fin, como protagonista. Los pies en la mesa.

No se podrá ir al parque, lo cual quiere decir que no puedes aparcar al niño. A esa gente a la que le gustan mucho los niños, pero los de los demás, ahora tal vez suspiren por uno (o jadeen fabricándolo) y envidien al que lo tiene igual que antes el progenitor envidiaba al dueño de perro, que sí podía pasear. Aprenderemos de todo esto que no es bueno que el hombre esté solo. Si viene una pandemia conviene que te pille con mascota o con renacuajo. Si no, no podrás pasear ni envidiar a nadie, con lo aburrido que es no tener envidia, ahora que no tenemos nada que hacer.

«Se pasea niño», podría anunciar un solitario por ver si le sale trabajo y manera de matar el tiempo. El tiempo que hará que muchos no pasean de la mano a su hijo. Ha tenido que venir una pandemia para que reparemos en ello. Saquemos a nuestros hijos y llevémonos bien con ellos. O nos mandarán a paseo.

* Periodista