Y algunos dirán que vuelve el cántaro a la fuente porque de nuevo está semana solo soy capaz de escribir con sesgo femenino... ¿Y cómo no hacerlo después de la noticia de la niña de 11 años que ha dado a luz en un hospital de Murcia embarazada al parecer por su propio hermano?

Los datos del INE dicen que 343 niñas menores de 15 años fueron madres en 2016 y que de ellas 111 no alcanzaban ni los 15 años. Pero es que si hablamos de madres menores de 18 años la cifra se eleva a 7.000 nacimientos al año, habiéndose duplicado la tasa con respecto a hace 10 años. Ante ello la pregunta es simple: ¿Qué estamos haciendo mal?

No se qué opinaran ustedes, e incluso puedo imaginar lo que puedan decir quienes sean activistas «pro vida» si el debate fuera ante tan preocupantes datos si deben llevarse a término o no tales embarazos. Sin embargo, al margen de que dicho debate solo provocaría una indeseable e irreconciliable radicalización a uno u otro lado, sinceramente creo que la cuestión vital es plantear como y de qué manera deben evitarse a toda costa esos embarazos y en cómo debemos proteger antes que a nadie a esas niñas, tan pequeñas, tan indefensas, que en ningún sentido pueden, ni deben, ni están preparadas para cuidar de otro, cuando es obvio que de ellas nadie cuida.

Quien quiera mirar para otro lado dirá que todo ello es fruto de la inmigración, al ser un hecho evidente que la maternidad prematura de «niñas-madre» es mucho más frecuente en la comunidad inmigrante. Pero no nos engañemos, es responsabilidad de todos nosotros y con un extenso catálogo de poderosas razones. Hablemos también de que se da más en esos colectivos por la especial vulnerabilidad y falta de recursos mientras que los utilizamos para trabajos que nadie quiere y luego miramos para otro lado. Que se da en familias donde padre y madre trabajan todo el día y cuyos hijos están literalmente abandonados, teniéndose que comportar como adultos. En hogares sin formación, sin recursos, con personas hacinadas que mal conviven y en donde el sexo es solo una forma de sobrevivir a una penosa vida.

Antes de juzgar y debatir sobre filosofía y moral, descendamos al terreno de la realidad y seamos conscientes de que todo o casi todo en la vida es cuestión de lo mismo... De dinero.

* Abogada