Tras el recambio de Rajoy por Casado como presidente del PP, todo sigue igual y la eterna sombra de la inquietante duda continúa sobrevolando con sus afiladas garras sobre esta formación. Y, como no ha habido regeneración, los modos de responder a la prensa son los empleados por la anterior cúpula. Al saberse que a la Universidad Rey Juan Carlos «no le constan» los trabajos del master de Casado, Maroto tira de teoría de la conspiración y levanta sospechas sobre la imparcialidad de la justicia reprochando a la magistrada que insista en investigar y que debe haber «alguna razón además de la judicial».

El Partido Popular está tan podrido en sus modos de entender la política que necesita una refundación desde lo más hondo de sus raíces. Parafraseando al genial Monterroso: Cuando Casado llegó, la corrupción todavía estaba allí.