Ya he comentado cómo el activismo en diferentes organizaciones, especialmente sí tienen carácter internacional, nos ayuda a aprender muchas cosas, geografía entre otras. Es curioso cómo nos ofendemos cuando alguien del extranjero muestra su desconocimiento acerca de España, o incluso de Córdoba, y cómo paseamos nuestra ignorancia con aplomo y desprecio hacia lo que se sale de nuestro entorno geográfico o cultural. Al fútbol debemos agradecerle que se conozca Camerún y sepamos que nh, en portugués/brasileño, se pronuncia como nuestra ñ (¡gracias Ronaldinho!). Hace unos años, pedí a un estudiante chino, que tenía como alumno, que nos señalara en un mapa de China su ciudad de origen. No había oído hablar de ella en mi vida; tenía ocho millones de habitantes.

Nabi Saleh no tiene ocho millones de habitantes, es una aldea pequeña, en Cisjordania. Cisjordania está menos presente en las noticias que Gaza. La resistencia palestina, en Nabi Saleh, es pacífica y el hostigamiento por parte de las autoridades israelíes continuo. Hay que recordar que el muro de Cisjordania separa el interior de los propios territorios palestinos. Para ir a trabajar, a recolectar, hay que atravesar un sinnúmero de controles. El Grupo de Amnistía Internacional en Córdoba ha trabajado apoyando a los habitantes de la aldea de Jayyus, también en Cisjordania, y su principal problema era que les permitieran acceder a sus tierras sin la excesiva demora que hacía peligrar las cosechas. En el año 2013, en diciembre, con motivo del Día internacional de los Derechos Humanos, nos visitaron, en Córdoba, dos miembros de la familia Tamini. Entonces aprendí quiénes eran los habitantes de Nabi Saleh, cómo habían apostado sin dudas por la resistencia pacífica. Tuve la suerte de compartir comida y cena con ellos, además de la charla, y de aprender muchas cosas, gracias a unos magníficos amigos palestino-cordobeses, que nos hicieron de traductores. Se puede encontrar el vídeo de esta charla en la web del Grupo Local de Amnistía en Córdoba.

Hoy tenemos que hablar de Ahed Tamini, encarcelada a muy temprana edad. Ahed, como Raif Badawi, en Arabia Saudí, debe tomarse como símbolo de resistencia, y no debemos olvidar que es solo la cara visible de una realidad mucho más amplia. Más de 300 menores están presos en cárceles de Israel. El día 30 de enero se celebra el Día Internacional de la No Violencia y la Paz. No sé qué haríamos hoy con Gandhi, cuya muerte se conmemora ese día. Pintaremos palomas y recortaremos símbolos en los colegios. Haremos marchas y diremos que hay que luchar por la paz, sin saber muy bien qué queremos decir con ello. De vegades la pau no és mes que por (A veces la paz no es más que miedo) cantaba Raimon. No dejemos que lo sea.

* Activista de Amnistía Internacional