Sin saberlo le he dado a la tecla y se ha puesto a sonar la sarabanda de la suite 437 de Händel, la banda sonora de la película de Kubrick Barry Lyndon. La reiteración dramática del sonido orquestal me ha trasladado a hoy, sábado 15 de junio, día en que se constituyen los ayuntamientos. Y me suena a cierta tristeza. Quizá, sobre todo, por las intenciones de algunos de los que los gobernarán. Ser alcalde o concejal significa convertirse en el encargado de rebuscar el bien por todos los rincones de ese pueblo o ciudad para dárselo a los ciudadanos. Me entristece que se haga carrera política para cotizar años para la jubilación, para buscar recursos fáciles con los que enriquecerse, para ponerle la firma de urbanizables a terrenos rurales y venderlos a alto precio, para hacerle seguimiento al dinero del banco de personas mayores a punto de morir o para canalizar toda la avaricia bajo el manto de una ideología que desconoces y no practicas. Ese es el sonido de la sarabanda de Barry Lyndon, una especie de tristeza innata que solo podemos escuchar para reflexionar. Luego, los vecinos, el pueblo, los ciudadanos se alegrarán por el alcalde/alcaldesa elegidos o se preguntarán por qué su candidato no ha salido. En Madrid --y en mucha España-- más de un ciudadano se cuestionará por qué no sigue de alcaldesa Manuela Carmena, esa abogada laboralista cofundadora del despacho que sufrió la matanza de Atocha en 1977. En Córdoba, por ejemplo, la elección del nuevo alcalde no será sorpresa y los ciudadanos se emplearán a fondo en la Noche Blanca del Flamenco que hoy cumple doce años y en la que la gran protagonista será la cantante Rosalía. También volverán a serlo los escenarios --Torre de la Calahorra, Jardines del Alcázar, plaza del Potro...--aunque con el necesario cuidado de que estén alejados del Guadalquivir para que la Asociación de Vecinos La Axerquía no se queje, como en Ríomundi, «de una falta de respeto medioambiental a nuestro río» (?) Problema que no tendrán quienes se vayan a San Sebastián de los Ballesteros a la procesión del Nazareno con la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana. Otra música.