Ha comenzado el Mundial de Fútbol, mientras por estos pagos se estaba liando «la mundial». Todo a «cien por hora», sobre todo, la destitución fulminante de Lopetegui como seleccionador por haber ocultado su marcha al Madrid, y el cese inmediato del ministro de Cultura, Máxim Huerta, por fraude fiscal. En cadena, otros muchos acontecimientos colaterales. Mientras algunos comentaristas se inclinan por la parte más sarcástica, «nuestro país está loco, loco, loco», otros analistas reflexionan sobre la necesidad de «desdramatizar» los hechos, concluyendo que no llega la sangre al río. Es claro que la realidad está ahí, para que cada uno saque sus propias consecuencias. El problema quizás tenga una vertiente especialmente peligrosa: que la «cultura del espectáculo» nos siga divirtiendo en el fondo, aunque nos deje perplejos, y no seamos capaces de afrontar nuestros problemas alejándonos de los intereses particulares y personales, para pensar, sobre todo, en el bien común, en los intereses generales. El dicho popular recogió hace tiempo esta actitud con estas palabras: «Aquí cada uno va a lo suyo, menos yo que voy a lo mío». Me viene a la memoria aquella fórmula que proponía un monje del monasterio de Silos, para alcanzar la felicidad: «No criticar, no hacer juicios temerarios sobre los demás»; en segundo lugar, «no dramatizar situaciones»; y, por último, «no autojustificarnos, dando validez o licitud a lo que no la tiene». Como bien se ha apuntado, un proyecto politico para España no puede consistir en una sucesión de golpes de efecto por bienintencionados que sean, ni tampoco la mercadotecnia, pensando que nos ofrece mágicamente las mejores soluciones. La realidad ha de proyectarse en la búsqueda de nuevos planteamientos, más sólidos, más eficaces, más verdaderos. Los trucos de la imagen y de la propaganda sirven de poco, a la hora de las soluciones. De momento, atención al Mundial, deseándole lo mejor al equipo de España, mientras alejamos de nuestra vista «la mundial» que se ha formado en menos de veinticuatro horas.

* Sacerdote y periodista