Según Plutarco , había un patricio muy rico y elocuente que estaba perdidamente enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Un día disfrazado de hombre de lira penetró desesperado en el palacio para cantarle a su amada cuando fue sorprendido, lo que acarreó el consabido escándalo y que fuera juzgado y condenado por engaño y sacrilegio. Todos ustedes están pensando ahora mismo que Pompeya algo debió de tener que ver en todo esto y eso mismo también debió pensar el César cuando reprobó duramente a Pompeya, a pesar de estar seguro de que no había sido indecorosa, ni menos aún infiel, espetándole, más o menos, aquello de: «Mira Pompeya, querida, no me hagas esto, que la mujer del César no solo ha de ser honesta, sino también parecerlo» (la cita tal cual, obviamente es mia).

Hoy por hoy la expresión ya no es solo para mujeres, ni referida a nuestra decencia, honestidad y fidelidad, ¡solo faltaba!, aunque haya existido durante demasiado tiempo esa asociacion injusta entre tales virtudes y la condición femenina casi en exclusiva (¡Cuánto César ha pedido a su Pompeya decencia en casa, mientras él practicaba --sin saberlo-- el moderno poliamor, en forma de amantes clásicas y de toda la vida!), sino que ahora la expresión se aplica a todo hijo o hija de buena vecindad de quien se sospecha ha hecho algo indebido y que por su condición personal, pública o profesional no debe permitirse ni la más mínima sospecha sobre su comportamiento.

Y así es, estoy de acuerdo, hay que parecerlo además de serlo. La apariencia es importante y guardar las formas más, pero sin olvidar que hay personas y situaciones que se muestran mucho mejor en apariencia que lo que verdaderamente esconden y que hay apariencias terribles que puede que no lo sean tanto, porque amigos, seamos honestos, las apariencias casi siempre engañan. Ser exactamente lo que se muestra es un precio demasiado alto.

En la política, todo esto cobra especial trascendencia. Así que sin conocerlos de nada, me atrevo a este diagnóstico: A Casado habría que reñirle como a Pompeya; a Cospedal su apariencia desde luego no le hace ningún favor y lo que sospecho esconde no me gusta y es Sáez de Santamaría la que conjuga mejor la apariencia con lo que creo que esconde. Soraya, yo --también-- te hubiera votado.

* Abogada