Cada vez hay en España más personas a las que no les suena el Adviento; lo contrario que en Alemania. Allí, la televisión pública dedica todos los años programas especiales al preludio de la Navidad. La ARD emitió el pasado sábado, en horario estelar, un programa que duró dos horas y con una brillante realización nos trasladaron a los típicos mercados navideños. Miles de personas, niños incluidos, asistieron a un espectáculo en el que participaron cantantes famosos de ambos sexos que entonaron los tradicionales villancicos ante un gran abeto. Hubo de todo, incluida la lectura de un cuento de navidad a una serie de niños absortos por el relato. En resumen, un programa espectacular con mucho ingenio y con un ritmo trepidante. La otra cadena pública, ZDF, recordó el Adviento con un concierto de orquesta y coros en la Iglesia de María, de Dresde. Una gran pantalla en el exterior permitió a mucha gente ver y oír música navideña que ennoblece sin chabacanerías. Participaron católicos, protestantes, no creyentes, etc. Al cumplir 65 años, el canciller Helmut Schmidt recibió un pequeño Nacimiento tallado en madera que le envió el dirigente comunista de la RDA Erich Honecker. Los alemanes, durante los cuatro domingos de Adviento, mantienen viva una tradición secular sin atavismos anticlericales. Conviene recordar que, según el exministro de Zapatero Cesar Muñoz Molina, «el noventa por ciento de nuestro patrimonio, por las circunstancias históricas que ninguna ley de memoria jamás podrá cambiar o modificar, tiene como materia al cristianismo. Quien entre en el Museo del Prado lo comprobará».

* Periodista