Mucho tiene que reflexionar nuestra sociedad tras el trágico desenlace dela situación de acoso vivida por Verónica, una trabajadora de la planta de Iveco de Madrid que se suicidó tras la difusión masiva de un vídeo de contenido sexual, que también recibió su marido. Ella pidió ayuda a la empresa, que lo calificó de problema personal. Podría ser un caso de venganza, pues es anterior a su vida con su pareja e hijos, y la fiscalía lo investiga. Además de las consecuencias legales que pueda tener para la persona que lo difundió, para su empresa y para los compañeros y compañeras que extendieron su contenido, hay mucho que pensar sobre el uso que se hace de las redes sociales y de la intimidad, tanto la propia como la de los demás.