Pasear ayer por Córdoba -con ropa de abrigo, eso sí, pues las temperaturas van bajando- mostraba unas calles llenas, de turistas y de vecinos, disfrutando de la variada oferta navideña, desde el teatro infantil hasta la decoración, las actuaciones musicales... Miles de personas, sin miedo a los agobios, «calentaban», igual que el espléndido sol del que se disfrutó durante el día, un puente festivo de la Constitución y la Inmaculada que dejará para la ciudad cuatro días de buenos ingresos económicos y muchas visitas a sus monumentos. La guinda la pone el espectáculo de luces, que, aunque limitado a pocas calles, atrae a pequeños y mayores. Córdoba estaba para disfrutarla, igual que los pueblos, y así lo hicieron miles de personas.