En medio del intenso debate sobre cómo salir del atolladero político tras la demoledora sentencia del caso Gürtel para el Gobierno del PP y para Mariano Rajoy, sería conveniente que todos tuvieran en cuenta que el espíritu y la finalidad de las mociones de censuras son, constitucionalmente, constructivas y en ningún caso instrumentales. En este sentido debería encuadrarse el cruce público de propuestas que han mantenido los socialistas de Pedro Sánchez y los naranjas de Albert Rivera, que coinciden en la urgencia de cerrar la cenagosa etapa política de la corrupción. La grave crisis institucional recomienda convocar elecciones, no se vislumbra otra salida factible, aunque haya que esperar un tiempo prudencial, al menos para cumplir con los tiempos constitucionales.

Los comicios anticipados deben obedecer a un acuerdo entre las formaciones que apoyen la moción de censura presentada por Sánchez, un pacto que no esté sujeto a ninguna urgencia, pero teniendo muy claro que hay que devolver la palabra a la ciudadanía para intentar solucionar este caos político en el que se encuentra el país.

En este sentido, es conveniente que Pedro Sánchez aclare qué pretende hacer en el caso de llegar a la presidencia del Gobierno y en qué plazo piensa convocar a los españoles a las urnas. Ya ha dado las primeras pistas: un giro social recuperando leyes vetadas por Mariano Rajoy o derogando algunas muy polémicas, como la ley mordaza.

La grave crisis institucional está rodeada de unas delicadas circunstancias para España, no solo políticas, sino también económicas. Una de ellas, pero no la única, la compleja situación en la que se encuentra Cataluña, donde sigue sin haber Govern y el artículo 155 de la Constitución permanece activo desde hace meses. En este escenario inseguro, es imprescindible evitar caer en la inestabilidad de un interminable pleito enredado en los nombres o en las fechas. La iniciativa le corresponde a Pedro Sánchez, por el número de escaños que tiene el PSOE en el Congreso, porque es el único que puede aspirar a sumar los 176 diputados necesarios para poder gobernar y porque ya ha presentado la moción de censura.

Si al final la moción socialista no llega a cuajar y fracasa, habrá que exigir al presidente del Gobierno que sea responsable y adelante las elecciones cuanto antes. Se entraría en otro juego político distinto y todos los partidos deben ser conscientes de que es la única salida para este atolladero en el que ha caído el país por responsabilidad de todos. La democracia debe seguir funcionando y lo mejor es la consulta popular para resolver la situación en la que se encuentra España.