Aunque el espejo de la realidad en la mayoría de las comunidades autónomas muchas veces contradiga estas palabras, Susana Díaz ha afirmado en el congreso del PSOE andaluz que «Somos socialistas, nunca fuimos nacionalistas». En el congreso, la presidenta andaluza ha demostrado inteligencia, osadía y capacidad, pero también ha cometido algún error. Comenzando por el error, la foto con personajes como Chavez y Griñán. Independientemente de sus situaciones penales, y de su pasado, valía y aportaciones históricas, los partidos deberían comprender que en la situación actual de corrupción y en la que el común solo se informa por titulares, twits y flashes cegadores que ocultan los matices de los claroscuros, hay políticos que deberían estar amortizados ya, al menos en los actos públicos. Y en cuanto a lo positivo, la inteligencia de Díaz al adoptar el mismo esquema que en su momento adoptó Sánchez: habré perdido, pero el mundo volverá a saber de mí, como decía Fumanchú al final de cada película de su serie. Díaz habrá perdido las primarias pero en su territorio (que, por cierto, es el mayor del socialismo nacional) su liderazgo es apabullante. También acierta la presidenta en dejar meridianamente clara su oposición al nacionalismo/federalismo/no se sabe qué hoy (porque mañana puede ser otra cosa) asimétrico, del interino Sánchez, algo que remachó diciendo que los andaluces no son ni más ni menos que los ciudadanos de otras regiones. Plas plas plas, aplausos. Ahí está la madre del cordero: mientras los socialistas (afiliados y dirigentes) no entiendan de una vez que no van a recuperar a los votantes mientras no renuncien a ese complejillo de inferioridad frente a los nacionalistas («somos socialistas, nunca fuimos nacionalistas») podrán seguir sintiéndose felices en sus victorias de primarias endogámicas, pero volverán a perder las elecciones. La militancia es muy diferente de la votancia, querido Sánchez, y a nadie le agrada que le digan que es inferior sólo por ser ciudadano de lugares distintos a aquellos en donde a otros ciudadanos se les ha hecho creer que parten con derecho al privilegio. Eso es muy antipático.

* Profesor @ADiazvillasenor