Es mi sobrino, acaba de cumplir 17 años. Cuando tenía 11, partía hacia Madrid, empezaba una nueva vida jugando en el equipo de sus sueños -y en el de los sueños de su padre-. Mi hermana decía: «pero cómo se va a ir solo si me está diciendo que le compre cromos de Pokemon». Mi hermana Ana y mi cuñado Miguel estaban en una mala tesitura, por un lado dejaban ir a su hijo con 11 años, y por otro, era lo que él quería. ¡Lo tenía claro! Con un año y medio llevaba el balón mejor que andaba. Hoy puedo decir que me alegro de la decisión que tomaron sus padres de decidir que su hijo, aún siendo tan joven eligiera su destino. Magnífico futbolista; maravilloso estudiante; y lo más importante, magnífica persona. Miguel Baeza Pérez, jugador próxima temporada en el juvenil A del Real Madrid.