Lo dicen los expertos y basta: «Septiembre es el mes más estresante». Y a continuación nos ofrecen una serie de consejos y medidas para combatirlo. El primer consejo es básico: «No deje que el estrés le domine, conviértalo en su aliado». Este es quizás, el mejor descubrimiento. Ese refrán, «no hay mal que por bien no venga» nos abre la llave para solucionar muchos problemas. Por una razón bien sencilla: encaramos la realidad, nos damos cuenta de que los lamentos no sirven para nada y, a continuación, comienza la reflexión personal para buscar las mejores medidas y para aplicarlas. Según los expertos, «el estrés bien gestionado puede convertirse en un seguro de vida y un trampolín para el éxito». Pero ¿qué nos produce el estrés? Es claro: la realidad personal que cada uno vive, los problemas que se presentan y que acaso no podemos solucionar, los obstáculos que no podemos superar, las prisas que nos envuelven, la debilidad que cerca nuestros pasos y esa sutil certeza de que nosotros «no podemos hacer nada», sometidos como estamos a tantos poderes de todo tipo. Otra fuente de estrés son los «contrastes», el poco tiempo para pensar, para darnos cuenta dónde están las trampas, o quién lleva razón, o dónde se esconde el engaño. Hace unos días, la revista Actualidad económica titulaba su editorial: «Por qué hay que amparar y proteger a los ricos», y detallaba su afirmación: «El error de la izquierda es ignorar que los ingresos están estrechamente ligados con la productividad de los profesionales y de los empresarios. Es el bien causado a los otros, y no la suerte, lo que permite ganar más dinero». Hay un estrés de ruidos y de prisas, y hay otro de tantos «golpes bajos o altos» como recibe el ciudadano de a pie. «¿En qué quedamos?», nos preguntamos muchas veces. Pues en eso que me comenta con frecuencia un buen amigo: «Aquí, cada uno va a lo suyo, menos yo que voy a lo mío». Es cuestión de buscar quién «va a lo de todos». Y si no, poner en práctica la frase de Gandhi: «Sé tú primero el que hace lo que aconseja a los demás». Venceremos el estrés, mantenemos incólume nuestra libertad.

* Sacerdote y periodista