Leo en el periódico que gracias al apoyo de Vox por fin va a ser realidad en Andalucía lo que ya funciona en los centros educativos públicos de otras comunidades, el PIN parental, es decir, la posibilidad de que los padres podamos rechazar la participación de nuestros hijos en aquellas actividades complementarias y extraescolares que nos provoquen cierto resquemor moral o ideológico. Por fin se va notando el cambio. Ole, ole y ole. Ya está aquí la libertad de la buena.

Menos mal. Menos mal que por fin vamos a poder mandar tranquilamente a los niños al colegio o al instituto y no como ahora, que se queda uno con un mal cuerpo que no veas pensando la cantidad de cosas raras que les pueden meter en la cabeza a las criaturas los que van de modernos por la vida.

Ya era hora, ya era hora de que tuviéramos posibilidad de elegir lo que queremos y lo que no queremos para nuestros hijos. Ole, ole y ole. Ya está aquí la Reconquista. Claro, que el problema era para los que tenemos convicciones profundas, porque los de la progrepandi y los que pasan de todo... esos encantados, y venga asociaciones y oenegés de esto y de lo otro chupando del bote, que si los métodos anticonceptivos, que si las drogas, que si los derechos de los animales, que si el género y la génera, que si la homofobia y la transfobia y la bifobia y yo no sé cuántas fobias más... Cuánto pego. Como si los chavales tuvieran que estar al día de todo. En mis tiempos no nos daban tantas charlitas y tantos tallercitos y bien preparados y dialogantes y solidarios que hemos salido. Ahí tienes sin ir más lejos a cualquier líder de Vox para demostrarlo.

Y no me vale el rollo de mi cuñada cuando se pone flamenca y te suelta el zasca sin cortarse un pelo. Como cuando me dijo que yo en la mili lo que había hecho era perder el tiempo... la tía petarda. Pues va y me suelta que si quiero PIN parental que me vaya a un concertado como Dios manda, que de imposiciones del Estado nada de nada, que las actividades complementarias y extraescolares de los colegios e institutos son supervisadas por los docentes y aprobadas por los consejos escolares, que si la educación afectivo-sexual me parece una gilipollez es mi problema y no el del tutor y que para adoctrinamiento en la enseñanza el de las órdenes religiosas, que eso sí que es administración paralela... Pero se le va a quitar la risita a mi cuñada. Ahora se va a tragar el PIN parental. Eso de momento. Para ir empezando. Y no te extrañe que cuando llegue su Alejandrito diciendo que hay una charla sobre la caza se aproveche la muy falsa del propio PIN parental para boicotear el tema. Y yo no lo vería mal, que conste, hay que ser coherente. De los avances nos beneficiamos todos, incluso las mentalidades ancladas en el sectarismo más rígido e intransigente, incluso las personas que desprecian por sistema los valores ajenos. Como mi cuñada, se entiende.

* Profesor