Dámaso Alonso escribió un libro titulado Del Siglo de Oro a este siglo de siglas. Era en 1962. Escribió también un poema «La Invasión de las Siglas. Poemilla Muy Incompleto». El crecimiento desmesurado de las siglas actuales haría muy complicado hacerlas entrar en un poemilla .

El acrónimo MENA puede referirse a los países de Oriente Medio y Norte de África (por sus iniciales en inglés) pero, últimamente, lo relacionamos con Menores No Acompañados. A menudo, para indicar el plural, se le añade una «s» minúscula imitando al inglés. «Los conocidos técnicamente como MENA son aquellos niños, niñas y adolescentes, menores de 18 años, de origen extranjero, que se encuentran separados de sus padres y que tampoco están bajo el cuidado de ningún otro adulto. Esta circunstancia --ser menores y no estar acompañados de una persona adulta-- sitúa a los MENA automáticamente en una situación de desamparo y de riesgo» (ACCEM).

Además de estar protegidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los menores tienen garantizados los derechos específicos recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). En junio de 2019, el Comité de los Derechos del Niño (órgano de las Naciones Unidas) ha reprendido a España por violar los derechos de dos niños inmigrantes.

Las comunidades autónomas tienen la responsabilidad de hacerse cargo de estos menores. Y hay muchos problemas sin resolver. Hay situaciones «de riesgo» en muchos centros debido, entre otras razones, a las condiciones de «saturación y hacinamiento».

Otro problema es el de quienes alcanzan la mayoría de edad sin una regularización. Mohammed lleva viniendo a comer y a dormir a Santa Anna (iglesia de Barcelona) desde hace varias semanas. Es uno de los 700 menores migrantes que cumplieron los 18 años en 2018. También uno de los que no pudieron conseguir una de las 500 plazas en pisos para extutelados «Me quedé sin nada. Yo solo tengo la mochila y el móvil» (eldiario.es, julio 2019).

Volvamos a las siglas. Si tecleo AI, la mayoría de las entradas son de Inteligencia Artificial (no de Amnistía Internacional ¡ay!) y sus últimas aplicaciones. En medio, una vez más, de esta vorágine de «novedades» y sorprendida por cómo los términos algoritmo y Big Data ha pasado a formar parte de las conversaciones de bar, me parece importante difundir que, a principios del mes de julio, se ha celebrado, en Madrid, un taller con el título «(In)justicia social y datos en la gestión de personas refugiadas». Data Justice Project (DJP) y la Red Solidaria de Acogida (RSA (más siglas) han sido los organizadores. Afortunadamente, hay grupos de investigación que, con una visión social, analizan y denuncian la utilización que se está haciendo de los datos para el control de fronteras.

Y más: Dice el fotoperiodista José Colón que MENA es un término institucional que despersonaliza. La revista 5W publica su crónica. Nos hemos acostumbrado a que los titulares de prensa usen este acrónimo en un contexto borroso y, casi siempre, ligado a problemas de orden público. Desde 2001, él fotografía a los chavales marroquíes que llegan a España «Niños. ¡Son niños! No entiendo por qué se desprestigia esta palabra. MENA es un término institucional. La gente no ve un niño ahí, ve un nombre, unas siglas, pero no dejan de ser lo que son. Niños». Esto mismo nos recuerda, en un reciente comunicado sobre la infancia migrante, la Unión Progresista de Fiscales.

Las siglas, como las cifras, son necesarias pero, en muchas ocasiones, esconden el rostro humano de seres que sufren.

* Activista de Amnistía Internacional