Hemos visto en estos días la viñeta de Miki Z. Duarte en la que primero Felipe González y después Aznar alimentan sucesivamente a un dragón pequeño (que lleva de babero la bandera estelada independentista) con platos de lo que quiera que coman los dragoncitos; hasta que al final, cuando el dragón es enorme, se le oye decir a un Rajoy con armadura y lanza y cara de memo: «¡Venga, dale!». Otra viñeta de El Roto muestra a alguien envuelto en una estelada mirando al vacío mientras comenta: «Dicen que es una capa mágica, y que si me lanzo al vacío podré volar, pero no me han querido hacer una demostración». No es necesario más, es admirable el poder de síntesis de los humoristas gráficos, que son editorialistas en pocos centímetros cuadrados, todo lo demás es retórica. Porque este país ha pasado de dictadura a transición y a democracia sobre las alas de las páginas de historietas, de viñetas, desde La Codorniz heroica hasta los monos forgianos, peridianos, perichianos, etc., y ha convertido en carta de naturaleza de la realidad política y el ingenio a los memes y a los gifs. Por eso el independentismo ha fracasado ya, aunque no lo sepa y aún tenga que dar algunos coletazos dramáticos, porque ha caído en el ridículo de los memes. Todos los hemos recibido y divulgado a centenares en estos días, y todos en el mismo sentido: la ridiculización del proceso secesionista (por favor, si alguien conoce alguno en sentido opuesto que nos lo envíe, porque no creo que el ingenio sea patrimonio de la parte constitucionalista). Estoy seguro de que en el próximo que recibamos por whatsapp veremos a un Josep Borrell vestido de Superman con capa de bandera europea, lo que, por otra parte, produce perplejidad por su apoyo previo a la confusión/marasmo mental-plurinacional de Pedro Sánchez; o a este con la mortaja blanca de la rendición políticamente correcta. No importa, los memes devorarán a sus hijos con la misma velocidad que los crea. Si, para Goya, el sueño de la razón crea monstruos, no digamos nada de lo que será capaz de crear la pesadilla de la sinrazón. Si al final los memes dejan paso a la cartelería bélica años treinta.

* Profesor

@ADiazVillasenor