Despedimos el mes de agosto y, en buena parte, el tiempo de descanso, las vacaciones. Ojalá queden grabados en la agenda del alma los mejores paisajes que hemos conocido, los más hermosos encuentros que hemos vivido. Porque la vida es encuentro, como reflejaban aquellos cuatro compases de Gabriel Marcel, refiriéndose a los «encuentros»: primero, con la naturaleza; segundo, con las personas; tercero, con nosotros mismos; cuarto, con el Dios Padre, revelado en las páginas de los evangelios por Jesús de Nazaret. Y en diferido, ese «encuentro», quizás imaginado con temor y terror, el encuentro con «el más allá», deseado como «desembarco» en la plenitud de nuestras existencias efímeras. En este último día de agosto, sería bueno una breve meditación junto al mar o frente al mar, antes de despedirnos de las playas. Contemplemos unos minutos su infinitud que surge y se pierde en el horizonte. Escuchemos la sinfonía de las olas. Sintamos su brisa en nuestras frentes como un bálsamo de paz. Alejemos los pensamientos tristes. No permitamos que el pesimismo o el derrotismo se apodere de nosotros. Ni la angustia culpable de ese pasado que repiquetea como un martillo en el cerebro, autodestruyéndolo. Ni la palabra recia que alguien nos propinó esta mañana. Ni el miedo al futuro por ese crédito que nos quita el sueño, por el ser querido que nos abandonó, o cualquier otro pensamiento negativo que vuelve y vuelve como una pesadilla. Dejémonos mirar por el azul. Quizá, cada uno de nosotros, si miramos nuestro interior, podemos descubrir que también somos el mar. En el fondo de nuestro ser habita el infinito. No luchemos con las secuencias de un film que ya no existe, nuestro pasado; ni con un futuro que nos inventamos, adelantando acontecimientos. Hay una antigua canción francesa que pregunta: «¿A qué esperamos para ser felices? ¿A qué esperamos para festejarlo?». Contemplemos el mar y nuestro mar interior. Saboreemos en el tiempo su sabor a eternidad. Vivamos en plenitud cada instante de la vida cotidiana.

* Sacerdote y periodista