Napoleón Bonaparte dio un golpe de estado contra la República en 1799 y estableció una dictadura vitalicia y, más tarde, se proclamó emperador. Como es lógico, sus actos dividieron a la población, por un lado los republicanos que acabaron con la monarquía del Antiguo Régimen, por otro lado, los monárquicos legitimistas. Su insaciable afán de poder provocó la destrucción de Europa y la muerte directa de cuatro millones de franceses, medio millón de españoles (nuestro país contaba entonces solo diez millones, la proporción es la más terrible de nuestras guerras) y más de diez millones en toda Europa entre militares y civiles. Los restos de Napoleón fueron llevados a Francia solo diecinueve años después de su muerte en Santa Helena, con un boato sin precedentes, y reposan en el sitio de honor de Los Inválidos, donde es visitado y donde a nadie molesta. Desde 1924 el cuerpo embalsamado de Lenin reposa en un mausoleo en la muralla del Kremlin. Aparte de las decenas de millones de muertes causadas por la Revolución rusa, las purgas políticas y la guerra civil contra el gobierno de la república democrática dirigido por Alexander Fiodorovich Kerenski contra quien se levantaron los bolcheviques liderados por Lenin en 1917, a este se le atribuye la responsabilidad directa de cinco millones de muertos usando el hambre como arma política. Su momia sigue siendo visitada y a nadie parece molestarle. Y podríamos seguir con Mao y otros dictadores de cualquier ideología que destacaron por ser los responsables de la muerte directa o indirecta de decenas de millones de personas. Por eso es extraño el empecinamiento teñido de revanchismo que la izquierda española viene desplegando contra que Franco esté donde está. Particularmente me parecería lógico que todos estos señores fueran desalojados de sus pedestales post-mortem y entregados a sus familias, quieran o no, pero lo que no entiendo bien es que hagamos de un asunto menor que a la mayoría de la gente le importa un comino (hoy la mayoría son jóvenes) un eje básico de la política, utilizado para la división nacional desde hace cuarenta y tres años. La Historia no va a cambiar.

* Profesor

@ADiazVillaseñor