No cabe duda de que todos los veranos la ilusión por animar al Córdoba no tiene límites, algo que se puede ver en cada campaña de abonos, más allá del número que registre. Este verano no está siendo menos pese al descenso a Segunda B, puesto que los nueve fichajes han vuelto a ilusionar. Tanto que una familia ha abonado incluso a su perro, ‘Mayo’.