La decisión del gobierno andaluz sobre la obligación de usar la mascarilla de manera general y generalizada supone una gran decepción respecto a una Junta que hasta ahora venía tomando medidas responsables y sensatas. La estadística demuestra que nuestra región, la más poblada de España, sólo ha registrado cuatro casos por cien mil habitantes, superando únicamente a minúsculos territorios como Asturias, Cantabria y La Rioja, y eso aun siendo la primera o segunda región más turística del país. ¿Se puede obligar a ocho millones y medio de habitantes en una región donde las temperaturas están alcanzando de media de 38 a 42 grados, a veces más, a llevar mascarilla siempre, en cualquier lugar, incluso en el exterior? Parece una aberración. ¿Se puede justificar por motivos de ‘prevención’? Parece una doble aberración, es como matar moscas a cañonazos. Lo que la lógica y la sensatez deben dictar es su uso en entornos sensibles: en el interior de recintos públicos, en el exterior cuando haya aglomeración, y en lugares con características que lo exijan: turísticas y populares principalmente. Debe imponerse la racionalidad, y tanto como se habló de confinamientos selectivos, que ya se están dando en algunos sitios, para la mascarilla el criterio debiera ser el mismo. ¿Qué pinta la gente de las provincias de Sevilla, Córdoba o Jaén, donde no hay más casos significativos, o la de lugares rurales y vacíos, con la mascarilla puesta todo el día en el exterior? ¿Se trata de adoptar la solución fácil de hacer recaer la responsabilidad sobre los ciudadanos, en vez de ejercer la autoridad que la ley otorga a los gobiernos para imponer medidas en beneficio de todos, sólo allí donde es necesario? No más confinamientos generalizados, ni mascarillas generalizadas, sino actuaciones selectivas pero contundentes con la ayuda de la fuerza de la ley. Y medidas preventivas reales, como habilitación de más plazas hospitalarias, las pruebas que hagan falta en cada lugar de rebrotes y, en todo caso, algún confinamiento selectivo y limitado. Basta de recortes de derechos, de tratos de rebaño y de gobernar por decreto como en otras partes. Aquí, no.

* Escritor

@ADiazVillasenor