Más nitratos, glifosatos, mucho potasio para el campo andaluz y murciano, y más aceitunas, mangos, aguacates, naranjas, limones, y échale nitratos, «que ezo no paza na». Más viajes, aviones, maletas, fotos, carreras y esperas, y más aires acondicionados, bufets, borracheras, más horas de trabajo, porros, olas de frío y calor y más inundaciones que nunca, otro año y siempre, «la peor de la década». Más cambios de hora (y debate aparejado), más elecciones, más pantallas, más protestas, ofertas, polvorones y mantecados y turrolates, y más encendidas monsergas y controversias en torno a la figura de los Reyes Magos, el desafortunado diseño de la carroza y el falso negro de Baltasar... Más rebajas, ofertas, procesiones, cofradías, petardos, bodas, ferias, divorcios, fiestas patronales, Hallowines, y despedidas y fotos y nitratos y peces muertos. Más juguetes, más descontento, más aburrimiento, más «dame veinte euros, pa-pá», más actividades extraescolares. Más precocinados, congelados, más donuts, Coca Colas, benzodiazepinas, ibuprofenos, paracetamoles, efectos reafirmantes, pastillas para la tensión y el colesterol y los buenos días y las malas noches. Más bicicletas y coches eléctricos, o inteligentes, pero más. Más patines eléctricos, más movimiento de allí para acá y transviceversa. Más-gi-gas, y pulgadas. Más pateras: relojes, cds, zapatillas, bolsos, perritos llavero, gafas de sol, cinturones, calcetines, más clínex. Más derechos y comisiones, productividad y sostenibilidad y hasta ecología. Más discursos, retahílas, análisis, cumbres. Más especulaciones, más negocios y billetes y perros y reguetón y gasolina y hoteles y turistas y vatios. Más intermediarios, analfabetos, videos de móvil y/o telediarios, cámaras, platos en directo y maquillaje. Publicidad. Más gestos, besos, emoticonos, abrazos y puñaladas. Más... ¿Fr... Franco? Pero ¿es posible?

* Escritor