T Si en algún lugar imaginario, entre la vida y la muerte, se pudiera organizar un encuentro de padres de la Constitución, no sé cómo andarían los ánimos. Con lo orgullosos que debieron de sentirse cada uno de sus cesiones y de sus logros, de su pacto entre adversarios (algunos enemigos), de su generosidad y sus luces largas, capaces de saltarse una montaña de obstáculos para iluminar un horizonte de superación.

Y aquí estamos. Sumidos en el desconcierto y sumando motivos para la indignación. Entre los que ahora anuncian que todo esto de la DUI era una broma entre amigos, pero que algunos se la tomaron demasiado en serio (que se lo digan a los de Estremera), y los que andan censurando con nostalgia de otros regímenes y encima nos torturan con letras de himnos que superan todos los niveles de azúcar aptos para el consumo. El patio patrio está resultando de lo más deprimente. Entretener, entretiene, como una mala película. Y encima no encontramos la salida de la sala.

PSOE y Podemos se odian. O eso parece. Y quizá se sienten cómodos en ese desprecio y se divierten mostrando las contradicciones y las meteduras de pata del otro, que son muchas y variadas, pero su animadversión nos lleva a la parálisis. Y ahí está Ciudadanos, que aún no se sabe si quiere estar a la derecha del padre o matarlo. Pero si ninguno de los tres partidos desea esta España que se está cubriendo de pintura negra, atrévanse a llegar a un acuerdo. Su memoria estará poblada de traiciones mutuas, pero peor lo tuvieron Santiago Carrillo y Manuel Fraga, ustedes sabrán si se consideran mejores.

Hay que desalojar al PP. Este jugó con fuego en Cataluña y está prendiendo España. Y lo peor es que únicamente lo ha hecho por motivos espurios. Para ganar las elecciones y distraer la atención de su corrupción, tan desmedida que ya es su propia esencia. Inflamó y no movió un dedo por sofocar el incendio provocado. Se ha limitado a contemplarlo y a prender más focos.

Ahora el partido de Mariano Rajoy mira la democracia con una tea impregnada en resina. Necesitamos bomberos con urgencia.

* Escritora