Reconoció que la privacidad de millones de usuarios de Facebook ha sido violada, y difundidos sus datos, aunque tildó de «error» un comportamiento gravísimo que en el peor de los casos implicaría connivencia y en el mejor dejación de responsabilidad. EEUU y la UE le piden cuentas, y ha prometido investigar lo ocurrido y evitarlo en el futuro, aunque ya no hay confianza.