El argumento utilizado por la alcaldesa de Madrid de «no menospreciar al resto de víctimas» es poco convincente ante la decisión de no colgar en la fachada del Ayuntamiento una pancarta en honor al político del PP Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA hace 20 años. Recordar una muerte que tanto supuso en la unidad contra ETA no desmerece a las otras víctimas.