La tranquilidad ya está desterrada de su vida, pero al menos la Premio Nobel de la Paz 2014 ha podido lanzar en Pakistán un mensaje de conciliación y de convivencia, una llamada a la educación de las niñas. Aunque rodeada de medidas de seguridad, ha regresado, tras casi seis años sin pisar su país natal desde que un talibán le pegó un tiro en la cabeza por su defensa de la educación femenina.