Después de anular el Gobierno el Portal de Transparencia vulnerando la Ley de transparencia, de acceso a la información pública y buen gobierno de 2013; de alentar el vicepresidente Iglesias a los escraches, que son inaceptables vengan de donde vengan y se hagan a quien se hagan; de culpabilizar a la derecha, especialmente a Ayuso, de los posibles rebrotes y no a quien incumple las normas de seguridad de cualquiera que esté en la calle en cualquier parte de España, ya sea protestando, en la terraza de un bar o establecimiento de ocio, en la playa, haciendo deporte (son llamativas las imágenes de incumplimiento de distancia social en la diagonal y la Barceloneta y otras playas de España); en un triple salto hacia delante, como en el circo, Sánchez pacta con Bildu la prórroga del estado de alarma a cambio de la derogación “integra” de la reforma laboral de Rajoy.

A escondidas y engañando a Cs, PNV, patronal, sindicatos, y a parte de su propio ejecutivo. ¿Se acuerdan del juego de malabares de los platos chinos? Ese en el que un plato chino se coloca sobre un palo haciéndolo girar en equilibrio, y donde el malabarismo está en mantener al mismo tiempo varios platos girando a distinto ritmo en sus respectivos palos, sin dejar de girarlos uno y otro para evitar que se caigan.

Pues a eso, además de engañar, está jugando Sánchez con los distintos pactos, difíciles de mantener y cumplir, que acuerda en cada una de las prórrogas. Primero, en la tribuna del Congreso le hace un spoiler a la portavoz de HB-Bildu dándole las gracias por su abstención, cuando todavía ella no había hablado. Cuando lo hace, sorprendida, confirma que su pacto de derogación de la reforma laboral ha sido aceptado, sin que el resto de parlamentarios ni parte del Gobierno tuviera conocimiento de ello. Les falta tiempo a los defensores de ETA para exhibir el documento del acuerdo firmado por PSOE, Podemos y Bildu, y ante tal escándalo, el Gobierno saca un escrito, rápido y corriendo, ante las críticas de la oposición, empresarios y sindicatos, “matizando” el bochornoso pacto.

Pero no queda ahí la cosa, porque el engaño peor es querer hacernos creer que esa “matización unilateral” cambia algo el acuerdo, y no, el pacto sigue vigente en los términos en que se firmó inicialmente por el nuevo tripartito, así lo confirma claramente Iglesias y Otegi, en contra de lo que dice sin recursos Abalos, y una muy contrariada y molesta Calviño que manifiesta que lo pactado no sólo es inoportuno sino que crea inseguridad jurídica. Tanto, que la patronal rompe el diálogo social y sindicatos contempla atónito como los avances laborales en el estado de alarma quedan en una auténtica cuerda floja.

Se ha pactado que la revocación total de la reforma laboral se haga en el estado de alarma, en la que se contemplan precisamente los ERTE ideados por la anterior ministra de Trabajo Báñez, de los que tanto alarde hace la actual, Yolanda Díaz, para proteger, al menos temporalmente, los derechos de empresas y trabajadores, y que con el vergonzoso pacto están en peligro. Insensatez, irresponsabilidad, negligencia. Es inaceptable un gobernante trilero, experto del malabarismo al ser rehén de pactos imposibles. Con el trabajo y sustento de los españoles no se juega.

* Abogada