Luis Planas es un todoterreno del laberinto europeo, un atleta del tesón verbal y de la construcción de realidades. Tras la negociación cerrada el miércoles en la Unión Europea sobre el reparto anual de los Totales Admisibles de Capturas y las cuotas pesqueras españolas para 2020, podemos decir que hemos ganado o que Luis Planas nos ha hecho sacar la cabeza de esas aguas turbulentas. Después de 48 horas duras y largas, en las que cada minuto alcanza sus matices de pérdida y arrojo, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación consiguió mitigar el recorte en la cuota de especies prioritarias para la flota española. Esto, así contado, puede no parecer un gran titular, pero viene a ser como si hubiéramos ganado una copa de Europa del reparto pesquero: hablamos de la merluza del sur y el jurel del Golfo de Cádiz y Galicia. Planas está contento y es normal. Ha habido un recorte -mínimo- para los pesqueros españoles. Como ha explicado el propio ministro, España ha conseguido «una ligera reducción, pero muy poco, un 5% en merluza sur; en jurel, donde las propuestas de la Comisión eran de mucha rebaja, de mucho recorte, dejarla prácticamente como estaba; en la caballa hemos aumentado más de un 40%, es decir, que el resultado es globalmente satisfactorio». Hablamos de un tejido económico y social fundamental, como recuerda Planas, para nuestros pueblos y poblaciones costeras. Porque esa España vacía o vaciada --sobre la que lleva años escribiendo y denunciando, desde su ruralismo mágico, Alejandro López Andrada-- también podría extenderse hacia la costa si no se protegen sus medios de supervivencia. Así que vamos acabando el año, por una vez, con una buena noticia que a todos nos afecta, y que a todos nos muestra el resultado de la buena gestión y de la brillantez. Luis Planas es seguramente el mejor o uno de los mejores ministros; pero no solo en el actual Gobierno, sino en cualquier otro que se tercie de una altura mayor de talento y mirada.

* Escritor