Ha fallecido Luis Mardones Sevilla, un tinerfeño que cursó sus estudios de Veterinaria en Córdoba con altas calificaciones en 1963. Habíamos nacido en el mismo año, en 1938, y vino a Córdoba en 1957. De estudiante organizó el primer congreso mundial en España de estudiantes de veterinaria y demostró su liderazgo político no solo en el mundo estudiantil sino en el mundo de la representación como un gran declamador de los poemas trágicos de Federico García Lorca. Premio extraordinario de carrera, se doctoró en 1967 y alcanzó el puesto de inspector veterinario en el Cuerpo Nacional.

Como colaborador del profesor Francisco Castejón Calderón asumió mucha responsabilidad en el Consejo General de Colegios Oficiales Veterinarios de España y fue en tiempos del ministro Lamo de Espinosa subsecretario del ramo. Últimamente dedicaba su tiempo a la Academia de doctores en Madrid. Cada año por Navidad aquel equipo ministerial bajo la dirección de don Jaime Lamo de Espinosa nos reunimos en Madrid, pero este año Luis no pudo asistir por una operación oftálmica.

Casó con una guapa cordobesa a la que en las madrugadas de algunos sábados cortejaba con música de serenata en la calle Sevilla. De aquel grupo: un violín, una guitarra y un laúd y la voz de un canario, estudiantes, han fallecido todos excepto el estudiante del laúd que ahora tiene ochenta años. Todos excepto Luis Mardones formaban parte de la Tuna Universitaria de Veterinaria de Córdoba a finales de los cincuenta.

Luis dejó por donde pasó su buen hacer como estudiante, como veterinario del cuerpo nacional, como subsecretario del Ministerio de Agricultura y como político tinerfeño de Coalición Canaria. En Córdoba fue el primer gerente del Polo de Desarrollo hasta 1970 y yo fui su colaborador para dirigir los estudios de selectividad industrial de Córdoba. Colaboré con él para aquel congreso mundial de estudiantes y luego respondí a su llamada cuando se encargó de dirigir el Polo de Desarrollo convenciéndome para que dejase mi puesto en FAO cuando yo estaba a punto de ir a Chiriquí en Panamá.

Se puede leer su curriculum vitae en cualquier repositorio y en Internet pero no se podrá leer estas circunstancias que aquí se recuerdan como su amor a Córdoba, donde formó su familia con una bella mujer cordobesa y una pléyade de amigos de los que sobreviven muy pocos.

Siempre estará en nuestro recuerdo.