Hoy he llorado en el Bejarano...he llorado de ver con impotencia cómo las vacas destrozaban los últimos árboles. He llorado de ver el lugar seco y desolado y los pobres animales raquíticos buscando las últimas hojitas de los arbolitos recién plantados. He visto cómo estas arrancaban árboles grandes y los he plantado de nuevo con lagrimas en los ojos. Y he pensado en todos los responsables de que esto pase, en todos los que miran a otro lado o prefieren no mirar. He gritado de rabia, de indignación por ver que no sirve de nada el trabajo cuando los que de verdad tienen que velar por nuestra naturaleza siempre encontrarán justificación para no hacerlo.

Pero también me he propuesto no dejar de luchar, no dejar de plantar, porque sin esto me moriría, sin esto no valdría nada el camino recorrido. Ya más de dos décadas luchando por esto, ¿y ahora voy a dejar de hacerlo? No lo haré, no dejaré de denunciar cómo se gasta el dinero público para nada, simplemente porque lo importante es justificar que se gasta. Esto es lo que ha pasado y pasa aquí, que a todos parece darles igual si lo que hacemos sirve o no para algo.

A mí no. A mí no me parece que el trabajo de cientos de voluntarios no sirva para nada, cientos de personas todo el verano cuidando de los árboles y ahora que superaron el verano llegan las vacas empujadas por gente sin escrúpulos y destrozan todo. No me parece. No lo entiendo. No lo comparto. No me voy a quedar con los brazos cruzados mientras este bello lugar se muere simplemente porque ustedes no quieren mover ficha. No señores. No me parece nada bien.

Espero que pronto alguien piense que esto se tiene que acabar antes de que sea tarde y lo hagan, porque el día de mañana si este lugar desaparece de la faz de la tierra, los recordaremos por ser responsables de ello. Bueno, espero que esto no sea así, por el bien de todos.

Bartolomé OlivaresD

Presidente de Acción Ecologista Guadalquivir

Córdoba