Córdoba tiene varios chascarrillos sobre los nombres de los lugares donde se ubican algunas entidades, de sobra conocidos por todos: el cementerio «de la Salud», el cuartelillo de bomberos en las Quemadillas, la sede de la ONCE en Vistalegre, la de Acali en los Olivos Borrachos... Por eso, porque estamos acostumbrados a esas contradicciones semánticas, no nos ha parecido extraño que, en la designación de los nuevos cargos de la Diputación, hayan hecho responsable del Consorcio Provincial de Bomberos al alcalde de Montilla, el socialista Rafael Llamas. Con ese apellido, es normal que se convierta en el máximo responsable de los encargados de la extinción de incendios... Ojalá con este apellido no haya fuego que le tosa.