Víctor Tarradellas, además de ser secretario de Relaciones Internacionales de Convergencia Democràtica y responsable de la fundación convergente Catmón, se revela también como un espía vanguardista de la recuperación del método de acecho y vigilancia de la RDA. Todo está inventado o casi todo, y por eso La vida de los otros nos sorprendió en su estreno antes de ganar el Oscar a la mejor película extranjera: porque había sucedido y porque aún era posible. Porque siempre va a haber gente como los agentes comunistas de la Stasi o de la KGB dispuestos a bucear en tu intimidad para desacreditarte, sobre todo en los regímenes totalitarios, como sucede en la película y como ha ocurrido en Cataluña, uno de los lugares de la Tierra en los que ya todo es posible. Porque Víctor Tarradellas, si finalmente se demuestra su culpabilidad, es un digno sucesor de los nazis y de los policías de la Stasi: como ha desvelado El Periódico, desde 2016 elaboraba listas de comisarios buenos y malos de los Mossos, según su grado de independentismo. «Rojo», «Viene de la Guardia Civil» o «Independentista pero pusilánime» son calificaciones de este dirigente de CDC, mano derecha de Puigdemont y de Artur Mas. El tío ponía signos positivos o negativos, lo que muestra quizá una reminiscencia de su pasado EGB, cuando en las notas, hasta 5º, te ponían cruces o negativos. Solo que para Víctor Tarradellas la nota final dependía de si el comisario de los Mossos en cuestión podía ser favorable a la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la proclamación unilateral de independencia. Se ha sabido durante la instrucción del caso de presunta financiación irregular de esta fundación convergente, Catmón, investigada por el juez Joaquín Aguirre. La libreta de tapas negras en la que Tarradellas evaluaba el nivel de independentismo de los comisarios no es muy diferente a la del protagonista de La vida de los otros, porque el oprobio y la indignidad siempre se terminan pareciendo.

* Escritor