En España se permite todo. Podemos proyecta en Madrid documentos del caso Bárcenas, un caso que está en vía judicial, y, sin embargo, la Junta Electoral Central, no lo ha sancionado. Un caso que ya tendría que estar resuelto, y, sin embargo, por la lentitud de la justicia, sigue activo haciendo un daño irreparable a gentes que no tienen nada que ver con lo sucedido hace años. Pablo Iglesias, de Podemos, ha presentado su programa electoral aludiendo a fallos en la Constitución. Yo le recuerdo, para que lo tenga en cuenta, el sueldo que tiene él y su compañera, y también la vivienda que disfrutan. He ahí el problema: el sueldo digno y la vivienda digna. Algo que dice mucho sobre el gran desequilibrio en la calidad de vida que tienen unos en comparación con otros. Pide crear una paga de 600 euros para unos 10 millones de españoles aumentando los impuestos a los ricos, a las grandes empresas y a los bancos ¿Y cuándo desaparezcan los ricos, quiénes pagarán impuestos? ¿Si se destruye a los empresarios, quiénes crearán empleo? ¿Y si desaparecen los bancos, quién nos presta dinero? Los de Vox rebañando votos al PP con la más pura intención de hacerle daño. Abascal es el típico ejemplo de esa condición humana que practica el cainismo revanchista. Su único propósito es destruir al PP. Un claro ejemplo de ese mítico refrán que dice: cría cuervos y te sacarán los ojos. Lo mismo habría que decir de Ángel Garrido, que abandona al PP y se va con Ciudadanos. Y Pedro Sánchez, en el debate, saca una fotocopia de una carta que, posteriormente se ha demostrado que mintió. Si mintió a sabiendas, y de la forma en que lo hizo, para hacer daño al contrincante, ¿eso no es delito? «España no se merece a un presidente que miente». ¿Se acuerdan?